Todos en el pueblo fueron al funeral de la señora Margot, ni uno había faltado y eso se notaba en el ambiente. Alguien tenía que contar lo que pasó esa tarde, así que decidí que tengo que hacerlo. Me encontraba terminando los quehaceres cuando me llamaron al teléfono fijo. La señora Margot murió, dijo la voz al otro lado del auricular. No hace falta que diga lo popular que era la señora Margot en el pueblo, corría la voz de que era hechicera. Una nunca está libre de los chismes, y menos en ese pueblo donde todo se sabe, donde los rumores corren tan rápido. Lo siguiente que hice fue ponerme ropa negra. La verdad nunca entendí por qué se usa ropa oscura en los funerales, si se supone que el paraíso existe, deberíamos estar felices por la persona que murió, después de todo se ha ido a un lugar mejor.
Una vez alguien me dijo: "no te acerques a esa vieja, tiene un pacto con el diablo, alguien de confianza me lo contó". Pero yo por qué iba a creerles. Eso sí, la señora Margot era una mujer sabia, y de alguna manera sí estaba segura de eso. Se le notaba hasta en los ojos, esos ojos negros, profundos y llenos de conocimiento, que con solo mirarlos te contaban una infinidad de historias... ojos sabios. Había quienes decían que hacía milagros, que curaba el cáncer, que hacía pócimas poderosas, que tenía un trato especial con Dios, que adivinaba el futuro, que qué se yo.
A mí siempre me pareció una señora sabia, eso es todo. La única vez que pude conversar con ella (o algo parecido) fue durante una tarde lluviosa que ambas estábamos en la parada, éramos las únicas y nada que pasaba un autobús. Me preguntó la hora. 3:45. Me sonrió. Le devolví la sonrisa.
— El transporte público está cada vez peor en este país, mira la hora que es y el bus aún no pasa. Una tiene que descansar a esta edad, no esperar 2 horas en una parada. Y tú debes ir camino a la universidad, si no me equivoco.
— Sí, ya voy retrasada.
— ¿Qué estás estudiando mija?
— Letras.
— Ah, qué linda carrera, ¿te gustaría ser escritora? — Los ojos le brillaban, y estaban más negros que nunca. Podría jurarlo.
— Tal vez, si Dios quiere.
— Si tú quieres, Él quiere. Todo bien mientras no seas como esos idiotas que escriben para vender, seleccionan cada palabra en vez de dejarlo fluir. Me dan risa. Hay que divertirse, a mí nunca me han gustado esas reglas gramaticales, solo sirven para fastidiar.
Salí de mi casa a las 3 pm. Recuerdo que hacía un calor terrible y llegué a la casa de la señora Margot más o menos a la media hora (el transporte público no había mejorado).
Todos en el pueblo fueron al funeral de la señora Margot. Ni uno había faltado y eso se notaba en el ambiente. Al parecer fui la última en llegar. Fui directamente a darles el pésame a sus hijas, las que me dieron las gracias con una voz hundida en sollozos. Fue una muerte rápida según lo que me contaron. Mariana, la mayor de sus tres hijas estaba sentada a su lado y de repente murió, así sin previo aviso llegó la muerte. Personalmente creo que ella lo sabía desde hace tiempo, y no lo dijo para no preocupar a sus hijas.
A las 4:30 pm nos reunimos todos en la habitación de la difunta, iban a abrir la urna para que pudiéramos verla por última vez, decirle adiós. Cuando la tapa quedó enteramente levantada, todos miramos dentro y... y...
Suspiros y gritos ahogados invadieron la habitación. Estaba la tapa levantada y adentro...
Nos miramos. Ninguno de nosotros estaba sorprendido.
Todos en el pueblo fueron al funeral de la señora Margot. Ni uno había faltado y eso se notaba en el ambiente. Al parecer fui la última en llegar. Fui directamente a darles el pésame a sus hijas, las que me dieron las gracias con una voz hundida en sollozos. Fue una muerte rápida según lo que me contaron. Mariana, la mayor de sus tres hijas estaba sentada a su lado y de repente murió, así sin previo aviso llegó la muerte. Personalmente creo que ella lo sabía desde hace tiempo, y no lo dijo para no preocupar a sus hijas.
A las 4:30 pm nos reunimos todos en la habitación de la difunta, iban a abrir la urna para que pudiéramos verla por última vez, decirle adiós. Cuando la tapa quedó enteramente levantada, todos miramos dentro y... y...
Suspiros y gritos ahogados invadieron la habitación. Estaba la tapa levantada y adentro...
Nos miramos. Ninguno de nosotros estaba sorprendido.
Sólo hay algo que me perturba. ¿Por qué ella quiere estudiar letras?
ResponderEliminarPorque ella me dijo.
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