Desde el principio la Mujer y el Hombre tuvieron sus papeles bien establecidos: la Mujer cuidaría de la casa y sus hijos y el Hombre trabajaría duro para conseguir el alimento; se iría lejos de casa por una larga temporada y su Mujer lo esperaría rogándole a Dios para que su Hombre regresara sano y con el sustento necesario para su numerosa familia. La Mujer trabajaría igual de duro que el Hombre cuidando de su hogar, vigilando que sus hijos recibieran una buena educación, que no les faltara afecto, comida y atención. Se irritaría porque sus esfuerzos no son tomados en cuenta como deberían, sin embargo, nunca reclamaría los derechos que siempre le pertenecieron y le fueron arrebatados. El Hombre estaría contento de tener una mujer sumisa a su lado, de otra manera la consideraría una mala madre y esposa. Ay de aquella mujer que se atreviera a modificar su rol, a desafiar las leyes de la naturaleza en un intento de ser libre, porque las consecuencias serían tan graves que ningún mortal se ha atrevido a imaginarlas.
Pero por desgracia una mujer se atrevió. Dicha mujer rogaba porque su hombre no volviera de su viaje, que se fundiera con el mar hasta convertirse en espuma. Fue entonces cuando se levantó guiada por una fuerza distinta, pensó que había un dios que no era hombre, una diosa, una mujer. Luchó porque se hiciera justicia y le fuera devuelto lo que siempre fue de ella. Aquella noche su marido lleno de ira la maldijo, la abandonó no sin antes advertirle lo que le iba a suceder por su irreverencia, las consecuencias de actuar en contra de las leyes de los hombres y de Dios.
Y así fue, las consecuencias no se hicieron esperar. La pobre mujer agonizaba en su cama, sentía un dolor que iba mucho más allá del físico. Notó que su cuerpo cambiaba poco a poco, sus piernas se llenaban de relieves musculares, le crecieron vellos en todo el cuerpo, sus músculos se desarrollaron de una manera inimaginable para una mujer, su sexo se transformaba en el contrario. Al culminar esta metamorfosis reparó finalmente en que nada volvería a ser igual para ella ni para ninguna otra mujer en el mundo. Este era solo el comienzo.
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