27 de mayo de 2012

Universos y su creación

Ella disfruta creando personajes improbables, nadando en mares ficticios, haciendo y deshaciendo a su voluntad. Al comprender esto también comprendí que yo era parte de su juego, y me basta con cerrar los ojos para ir a todos los lugares donde ella me lleva. Me mira y quedo suspendido en el tiempo, en el limite entre la realidad y la fantasía. Me acerco y busco su boca que no es boca, que se ha convertido en el elixir de la vida y el centro del universo que hemos creado. Y cómo escapar de sus manos que son flores y enredaderas a la vez. Y cómo escapar de sus ojos que me guían cual faro entre la niebla. Va dibujando cada día una historia diferente donde los mismos arboles son aves y luego no.

Él me toca y yo le muestro un mundo lleno de maravillas insidiosas, dejo que me recorra para descubrirlo juntos. Jugamos un juego elegido por mí donde gana el que pierde. Nos leemos, nos dibujamos, nos creamos, nos deshacemos. Porque no hay un rincón de este mundo que no nos pertenezca cuando nos sumergimos en esos mares que nos llevan directamente a las orillas del éxtasis. No tenemos nada y nos tenemos.

Tú que has creado y conocido cada lugar de este universo, más que nadie debes saber cómo duele encontrarse repentinamente con la realidad. Tú hiciste y deshiciste a tu antojo pero nunca viste cómo se desmoronaba todo detrás de ti. Ahora te das cuenta de que ya no hay vuelta atrás y no hay manera de regresar al génesis de ese mundo que creamos juntos. Y mirándonos frente a frente ya no vemos los mares, ni las flores, ni las enredaderas, ni la niebla. Y las bocas vuelven a ser bocas y las manos vuelven a ser manos, y los ojos.

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